Esta pequeña población es uno de los tesoros mejor guardado del norte de Marruecos. Sus cristalinas aguas y sus agrestes montañas, son un paraíso para los amantes del mundo submarino y de la montaña.
El Jbl(montaña en árabe) Mousa, es un coloso calizo de 900 metros de altitud que se yergue sobre las azules aguas del Mediterráneo. Su valor paisajístico, con Gibraltar y las costas españolas al fondo, es enorme, tanto, como la dureza de sus caminos, solo frecuentados por algunas cabras que dan buena cuenta de los enormes lentiscos que sobreviven en sus laderas y la colonia de macacos de Berbería que son los dueños y señores reales de esta montaña.
La cultura del agua local, que está protagonizada por una gran cantidad de manantiales que brotan a cada poco, de las calizas entrañas de estas montañas y que aportan agua a Ceuta desde tiempos del Protectorado Español, se hace evidente al pasear por sus calles.
El famoso islote de Perejil, Isla Leila para los locales, emerge junto a la recortada costa, tan cerca, que parece casi un pequeño apéndice de la misma. En sus orígenes, a la Isla Perejil se la denominó la isla de Calipso, pues cuenta la leyenda que en ella permaneció Ulises prisionero de los encantos de esta ninfa, según narra Homero en la Odisea.